El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) logró concluir su proceso electoral tras una semana marcada por intensas disputas legales y un clima de fuerte conmoción interna. Pese a las múltiples presentaciones judiciales y a las maniobras impulsadas por estudios externos que buscaron frenar la votación, el gremio consiguió llevar adelante los comicios con una concurrencia excepcional por parte de sus afiliados.
Durante los días previos, distintas acciones judiciales intentaron interrumpir el acto electoral, generando preocupación tanto en la dirigencia como en la base trabajadora. Cada nueva medida cautelar o pedido de intervención fue interpretado como un intento de afectar la autonomía de la organización y de condicionar la voluntad de miles de marineros en uno de los gremios más influyentes del sector marítimo argentino.
Sin embargo, el escenario se revirtió con fuerza al momento de abrirse las urnas. Lejos de retraerse, la afiliación respondió de manera contundente: una alta proporción de trabajadores se presentó a votar, garantizando que el proceso se desarrollara con normalidad, sin incidentes y bajo la supervisión de las autoridades electorales del sindicato. El resultado dejó en evidencia que la vida democrática del SOMU se sostiene en la participación activa de su propia base.
Desde la conducción remarcaron que el desenlace constituye “una señal clara frente a cualquier intento de intromisión externa” y reafirmaron que la independencia sindical es un principio esencial para la organización. Asimismo, subrayaron que la elección de autoridades “corresponde única y exclusivamente a los afiliados”, quienes, una vez más, hicieron valer su decisión en las urnas.
Respuesta de autoridades gubernamentales consultadas por este medio:
“Queremos expresar con total claridad que el Gobierno Nacional respeta de manera absoluta la autonomía y la vida interna de todas las organizaciones sindicales del país. Las elecciones de cada sindicato son un asunto exclusivo de sus afiliadas y afiliados, y así debe seguir siendo.
Nuestro compromiso es garantizar un marco democrático, transparente y libre de presiones, sin intervenir, influir ni condicionar la voluntad de los trabajadores. Creemos firmemente que la fortaleza del sistema laboral argentino se construye respetando la independencia de las instituciones que lo integran.
Por eso, reafirmamos que este Gobierno no tomará parte en ningún proceso electoral sindical. La democracia sindical se resuelve en las urnas, entre trabajadores, y el Estado estará siempre para asegurar ese derecho, nunca para interferir en él.”